martes, 21 de febrero de 2012

El sinthome como cuarto nudo: la perversión en la neurosis y la suplencia en la psicosis


El sinthome como cuarto nudo: la perversión[1] en la neurosis y la suplencia en la psicosis
“Digo que hay que suponer tetrádico lo que hace lazo borromeo – que perversión solo quiere decir versión hacía el padre – que, en suma, el padre es un síntoma, o un sinthome, como ustedes quieran. Plantear el lazo enigmático de lo imaginario, lo simbólico y lo real implica o supone la existencia del síntoma”
Jacques Lacan[2]


Lacan se refiere a su R-S-I como a su 1, 2, 3 y en el Seminario 23: “El sinthome” se detiene en su 4, esto es el cuarto nudo que mantiene juntos, unidos a los otros 3 que conforman el nudo borromeo y al cual llama sinthome.
En dicho seminario introduce dos conceptos, el ya explicitado de sinthome y con éste el de perversión (père-version = padre-versión).
Todo padre es sinthome pero que no todo sinthome es padre. En su primera clase del seminario citado arriba, Lacan dice que “el complejo de Edipo como tal es un síntoma y que todo se sostiene en la medida en que el Nombre del Padre es también Padre del Nombre"[3]; es decir que por un lado, ubica al padre como un sinthome entre otros posibles que pueden ocupar el lugar del cuarto nudo que mantiene unidos los otros tres (Real, Simbólico, Imaginario) del nudo borromeo; y por el otro lado, reduce al Nombre del Padre a una función, la de nominación. En sinthome abarca más que al padre; el padre es el sinthome del cual se sirven los sujetos en la neurosis quienes pueden hacerse un nombre sirviéndose del mismo, pero a su vez pudiendo ir más allá de él. La  perversión, la versión del padre, lo que tiene que propiciar es que algo se nombre.
Si no se propicia la nominación a través del padre, en la psicosis: ¿el sinthome o cuarto nudo es un remedio a la falla del Edipo?; ¿podemos pensar que el sinthome es una suplencia paterna? Puede considerarse que Lacan recurre a Joyce como ejemplo paradigmático para responder afirmativamente a estas preguntas. Joyce anudó los tres registros real, simbólico e imaginario a través de la escritura. Podría decirse que la escritura le permitió a Joyce eludir el estallido de su psicosis ya que, de hecho, existía en él la forclusión del Nombre del Padre. Joyce es un ejemplo paradigmático en tanto muestra que es posible, cuando los tres registros están desanudados, eludir el desencadenamiento de la psicosis por medio del sinthome que funciona suplencia, como cuarto nudo que sostiene a los otros tres.
Para concluir me permito hipotetizar, entonces, que cuando nos encontramos frente a una psicosis desencadenada o frente al estallido de una psicosis, encontraremos siempre un punto de falla que implica la forclusión del Nombre del Padre, es decir, una falla en la función de nominación del padre. A la vez, no siempre que exista forclusión la psicosis se desencadenará o hará su aparición, ya que sujeto psicótico puede tener la posibilidad de elaborar un sinthome, una suplencia que le permitirá anudar los tres registros manteniendo una consistencia con la cual podrá hacer lazo y circular por la vida.


[1] Perversión es homófono en francés de père-version (padre-versión), y ver significa “hacia”.
[2] Lacan, Jacques: Seminario 23, “El sinthome”, pág. 20. Ed. Paidós, Buenos Aires, 2008.
[3] Lacan, Jacques: Seminario 23, “El sinthome”, pág. 23. Op. Cit., 2008

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