1. Sujeto, síntoma y
ética en el campo de la salud mental y en el campo del psicoanálisis.
Dos
campos, por un lado el de la salud mental, cuya definición se corresponde muy
buen con la del orden público y por el otro, el del psicoanálisis, cuyo campo
es el goce, siempre singular, del sujeto.
Sujeto:
En
el campo del psicoanálisis, la cuestión es siempre de “un” sujeto, de su
inconsciente y de lo que para él las palabras quieren decir; mientras que, en
el campo de la salud mental, se tiende a inscribir a los sujetos en grandes
categorías anónimas. El psicoanalista trata de ubicar la singularidad para que el
sujeto pueda volver a aprender al Otro encontrándose como sujeto.
Por
otro lado, desde la perspectiva del psicoanálisis, el sujeto es siempre
responsable, éticamente responsable y debe hacerse cargo de las consecuencias
de sus actos. El psicoanalista se dirige al sujeto de derecho, lo cual puede
general algunos obstáculos cuando en el campo de la salud mental, atravesado
por el discurso jurídico, el derecho le es retirado al sujeto. El psicoanálisis
se dirige al sujeto, siempre que este pueda responder sobre lo que hace y dice.
Se trata de que le sujeto debe responsabilizarse de las consecuencias de sus
actos, más allá de la intencionalidad de los mismos.
Síntoma:
En
el campo de la salud mental el síntoma es pensado generalmente como
disfuncionamiento, mientras que el psicoanálisis advierte el lazo que el sujeto
tiene con éste y por ende se trata de orientarse hacía el síntoma.
En
el campo de la salud mental se trata muchas veces de normalizar, de restituir
el normal funcionamiento, de hacer desaparecer el síntoma que aqueja al sujeto,
en tanto se trata aquí del discurso del amo, el síntoma es algo a resolver, el
objetivo es que las cosas marchen, que los síntomas desaparezcan y que se
restablezca el equilibrio perdido; mientras que desde el psicoanálisis estamos
advertidos de que el sujeto habita un espacio sin armonía y de que cada intento
de equilibrio no es más que una sutura siempre presta a reabrirse. De alguna
manera, el síntoma es el esfuerzo por desembarazarse de todo síntoma. Se trata
entonces, no de hacer desaparecer el síntoma, sino del saber hacer de cada uno
con su falta de armonía y con su desequilibrio. La pregunta que guía al
analista es ¿Qué posición tiene el sujeto en relación a su síntoma?, y esto permite
una primera localización de la posición del sujeto en lo real.
Mientras
que en el campo de la salud mental se trata de la clínica de la mirada, es
decir, se observa la síntoma en su constitución fenomenológica; en el campo del
psicoanálisis se trata de la clínica de la escucha en tanto el síntoma habla y
repite una modalidad de goce desfigurada y teñida de una sensación de sufrimiento
y también, se piensa al síntoma conectado a la historia significante del
sujeto.
Se
busca, entonces, el pasaje del síntoma como manifestación descriptiva, al
síntoma como lo que quiere decir, para concluir en el síntoma que ya no quiere
decir pero que funciona para el sujeto.
Ética:
El
mandamiento ético implicado en el campo del psicoanálisis es entonces: “hacer
existir un sujeto”, allí donde el objeto presentifica al sufriente. Se apunta a
tener en cuenta la dimensión de lo real en juego, propiciando un espacio y un
tiempo en el que se pueda incluir los fenómenos en un decir. Así, la ética, en
el campo del psicoanálisis es la del bien decir y debe encontrarse en el punto
opuesto a toda voluntad de dominar, dirigiendo la cura sin dirigir al paciente.
En el campo de la salud mental, se tiende a hacer desaparecer las excepciones,
buscando estampillar al sujeto incluyéndolo en una categoría diagnóstica y
aplicándole la terapéutica que se cree más conveniente. Que el psicoanalista
reciba a un paciente depende más de una decisión que de una evaluación y en
este sentido se trata para nosotros de una cuestión ética. La ética propia del
psicoanálisis incluye tanto al analista como al analizante y tiene en cuenta
las consecuencias, el goce y el deseo.
La
ética del psicoanálisis se aparta de todo intento de dominio e implica el deseo
del analista, deseo de saber: saber que ninguna identificación satisface a la
pulsión, que la identificación no calma al goce.
2. Posición del
analista en el campo de la salud mental.
Para
el psicoanalista, en el campo de la salud mental, no se trata de cosas “por
hacer”, sino de “cosas por decir”. La pequeña fórmula que lo orienta sería:
decir en vez de hacer, saber en vez de actuar. Es por esto que, respecto de la
posición del analista en el campo de la salud mental, se trata de “escuchar”.
El analista se pone al servicio de la escucha de lo que ha cambiado en el deseo
del sujeto, de lo que ha modificado el equilibrio de los goces. La escucha
puede introducir algún interrogante para el sujeto que le implique en aquello
que le ha sucedido. El psicoanalista complejiza las situaciones multiplicando
las cosas por decir introduciéndose, comprometiéndose con su presencia en las
mismas.
Implica
también una posición de acercamiento para confluir con los actores de otras
disciplinas para reflexionar juntos.
En
el campo de la salud mental se trata de que el analista se posicione como
agente de un decir silencioso que ayude a impedir que en nombre de lo universal
se olvide lo particular de cada sujeto. El analista se suma así a los equipos
interdisciplinarios para operar desde la lógica del no-todo. Opera tratando
producir un cierto vaciamiento del discurso amo institucional, inscribiendo en
él algo que funcione de corte a la uniformidad del universal del amo. Se hace
partenaire de la institución desde un lugar de no saber para provocar que allí
pueda advenir la invención del sujeto.
Bibliografía
·
François Leguil: Reflexiones sobre la
urgencia.
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Eric Laurent: Hijos del trauma.
·
Ricardo Seldes: La urgencia subjetiva,
un nuevo tiempo.
·
Javier Garmendia: Urgencia psiquiátrica.
Una perspectiva psicoanalítica.
·
Inés Sotelo: La guardia, la admisión, la
primera consulta: una coyuntura de emergencia.
·
Jaques- Alain Miller: Salud mental y
orden público.
·
Eric Laurent: Pluralización actual de
las clínicas y orientación hacía el síntoma.
·
Apuntes de clase. Curso: Salud mental,
dictado por Antonia Caparroz, en el marco del postgrado “Fundamentos y
actualidad en la clínica psicoanalítica de orientación Lacaniana”
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