La
banda de Möbius: la interpretación como corte
y su estatuto de acto analítico
“Mi
topología no está hecha de una sustancia que sitúe más allá de lo real aquello
con que se motiva una práctica. No es teoría.
Pero tiene que dar cuenta de que, cortes del discurso, los hay tales que modifican la estructura a la que éste se acoge originalmente”.[1]
Pero tiene que dar cuenta de que, cortes del discurso, los hay tales que modifican la estructura a la que éste se acoge originalmente”.[1]
En el Seminario “La
identificación” Lacan dice que con sus formas topológicas nos quiere hacer
llegar a pensar en que dichas superficies son estructuras[2]. Según Cristina Marqués Rodilla,[3] la
apuesta de Lacan por formalizar y ser lógico en relación a los conceptos
analíticos le lleva a considerar la topología, sin exigir por esto que el
psicoanálisis sea una ciencia.
Así, determinadas
formas topológicas nos permiten comprender como ciertas orientaciones de
superficie ponen de manifiesto la existencia de un campo exterior que es
siempre homogéneo a un campo interior y viceversa. El interior puede devenir
exterior y lo exterior, interior, porque siempre lo fueron y el objeto
topológico que ilustra con mayor claridad esta propiedad es la banda de Möbius.[4]
Entonces, “podemos valernos de la estructura de la banda de Möbius como de
un soporte metafórico posible para
dar cuenta, a un nivel elemental, de ciertas manifestaciones típicas de la
lógica del funcionamiento psíquico”.[5]
La banda de Möbius es una
superficie unilátera de un solo borde, la cual se obtiene a partir de un
polígono fundamental (superficie cuadrilátera). Dicho polígono fundamental
posee dos bordes que se encuentran orientados en direcciones opuestas. Para
construir la banda de Möbius
es necesario suturar dichos bordes volviéndolos en la misma dirección, efectuando
para ello una semitorsión[6].
Aunque
de manera intuitiva puede creerse que la banda posee dos caras, sin embargo, se
trata de una superficie unilátera, es decir, de una sola cara y de un solo
borde; lo cual puede comprobarse recorriendo la banda desde cualquier punto,
advirtiéndose así que se recorre la superficie en su totalidad sin cruzar borde
alguno. Si se materializa dicho recorrido con una línea constatamos que
volvemos al punto de partida sin efectuar ningún cruce.[7]
Ahora
bien, “un corte puede determinar la topología de una superficie”,[8]
transformando a la banda de Möbius de superficie no orientable en una
superficie orientable, bifaz o bipartida (con dos bordes) llamada anillo de
Jordan, si para ello se le realiza un
corte que dé una única vuelta.[9]
Según Nasio, lo que interesa en la banda es que su propiedad de tener un solo
borde cambia si se opera en la misma un corte mediano, ya que en el momento de
cortar la línea mediana de la banda y realizando con las tijeras una curva
cerrada, la banda propiamente dicha desaparece y el resultado es una cinta que
ya no es una banda de Möbius:[10]
(…) el “corte cerrado” de la
transformación topológica es el acto analítico por excelencia. La
interpretación analítica es comparable al corte topológico porque produce
modificaciones en la estructura del analizante. El efecto de sujeto se produce
por los efectos de verdad, cortes en el saber del analizante, que resultan de
la interacción de la asociación libre y de la interpretación. La interpretación
corta y cierra los dichos del analizante.[11]
Así mismo, si
realizamos el corte a lo largo de uno de los bordes de la banda que da dos
vueltas para poder unirse consigo mismo, se produce una nueva banda de Möbius más
angosta que la inicial en la que se destaca en el centro una banda de dos caras
igual a la anterior, es decir, al anillo de Jordan.[12]
De lo anterior podemos
entonces arribar a la doble conclusión de que “el corte determina la estructura
topológica de la superficie”[13]
por un lado, y de que la banda de Möbius es ese mismo corte,[14]
lo cual se comprueba suturando la línea de corte y comprobando que se vuelve a
obtener la banda de Möbius
original: “Es necesario cortar para percatarse de la estructura”, refiere Nasio.[15]
Entonces, esto nos
permite comprender “como el solo corte
del dicho puede engendrar la transformación de una estructura, o sea el
estatuto que corresponde conferirle a la interpretación (…) en el espacio de la
cura”.[16]
En “Radiofonía”[17],
Lacan le confiere a la interpretación el estatuto de corte realizado en la
banda de Möbius
que soporta la doble inscripción de la cadena inconsciente y la consciente. El
corte interviene de modo tal que transforma, como vimos, a la banda original en
banda bipartida (con dos caras y provista de un borde). Así, lo que constituye
al inconsciente (reverso) es la interpretación al actualizarlo (al inconsciente)
como el envés del discurso consciente (derecho). De esto se deduce que el decir
(corte interpretativo de la banda) cambia la estructura sin modificar la
naturaleza del dicho que es su soporte.[18]
“El corte es el acto
analítico por excelencia. (…), la intervención del analista sanciona la
abertura del inconsciente a la vez que la vuelve a cerrar”, escribe J. Dor[19].
Es por ello que Lacan promueve la eficacia del acto analítico en el terreno del
equivoco significante. La operación de corte libera al significante del
significado circunscribiendo la cadena
significante y el vacío que ella encierra al modo de la banda de Möbius:[20]
En este sentido, el acto analítico en
calidad de corte es susceptible de hacer aparecer el espacio del deseo del
sujeto (…) a la vez que lo vuelve a cerrar en el mismo momento que lo produce.
(…), el corte interpretativo es radicalmente isomorfo con la estructura del
inconsciente. (…), el corte en doble lazada “revela el espacio ignorado de la
superficie de la banda, que está referido al deseo. Esa manera de sacar a la luz un ‘ignorado’ que, empero, estaba ahí desde siempre en sus
efectos, es paralelo al modo de existencia del inconsciente”[21].
De esta manera, comprendemos mejor cómo “la interpretación analítica” burla al
destino en el sentido de que reintroduce, mediante el juego del lenguaje, el
equívoco y la metáfora ahí donde pesaba el destino de un sentido coagulado y
fijado. Hace oír un sentido diferente”[22].
Eso explica la importancia de la
escansión significante que puntúa el desarrollo de las sesiones en el marco de
la dirección de la cura. Por lo tanto, se justifica la pertinencia de las
llamadas sesiones de “duración variable” como una exigencia que depende de la lógica del corte
interpretativo.[23]
En consecuencia, el
tiempo de la sesión estará acompasado solamente con la medida del “latido” del
inconsciente cuya abertura opera en la palabra del sujeto, en tanto el analista
sepa puntuar su articulación.[24]
Así puede comprenderse como “la interpretación encuentra su coherencia propia
al intervenir bajo el modo del ‘corte significante’”.[25]
Por otra parte Lacan
aporta también otra precisión respecto de la interpretación circunscribiéndola
en el terrero de la cita y el enigma:
La interpretación -
quienes la usan se dan cuenta - se establece a menudo por medio del enigma.
Enigma recogido, en la medida de lo posible, en la trama del discurso del
psicoanalizante y que uno, el intérprete, no puede de ningún modo completar por
sí mismo, no puede, sin mentir, considerarlo como efectivamente manifestado.
Cita, por otra parte, tomada a veces del mismo texto, de tal enunciado. Así es
que puede pasar por algo efectivamente manifestado, solo con que se le adjunte
todo el contexto. Pero entonces uno apela a su autor.[26]
Entonces, y para
concluir, lo que la banda de Möbius, como forma topológica nos permite
comprender, es como el corte hace que la estructura cambie y también que la
consecuencia del corte interpretativo en la cura es la división del sujeto, ya
que el corte interpretativo interrumpe la posibilidad de que el yo aprese con
sentido a la interpretación. Además, el corte interpretativo, es su estatuto de
acto, como hemos visto, produce consecuencias a nivel de la estructura y por
ello es posible pensar al corte interpretativo enlazado al horror al acto que
se produce en el analista.
Bibliografía
-Dor, Joël, “Introducción
a la lectura de Lacan II”, La estructura del sujeto, Gedisa, Barcelona, 1985.
-Lacan, Jacques, “El atolondradicho", en Escansión Nº 1, Paidós, Bs. As., 1984.
-Lacan,
Jacques, El seminario. Libro 17. “El reverso del psicoanálisis.”, Paidós. Bs.
As, 1992.
-Lacan, Jacques, El Seminario. Libro 9.
”La identificación”, 1961-1962. Inédito.
-Lacan, Jacques, “Psicoanálisis, Radiofonía & Televisión”
Traducción y notas de Oscar Masotta y
Orlando Gimeno-Grendi, Anagrama, Barcelona, 1977, Tercera edición, 1993.
-Marqués Rodilla, Cristina, “El sujeto
tachado”, Metáforas topológicas de Jacques Lacan, Biblioteca Nueva, Madrid,
2001.
-Nasio,
J.-D., “Topologería”. Introducción a la topología de Jacques Lacan, Amorrortu
editores, Bs. As., 2007.
[2]Lacan, Jacques, El Seminario.
Libro 9. ”La identificación”, 1961-1962. Inédito.
[3]
Marqués Rodilla, Cristina,
“El sujeto tachado”, Metáforas topológicas de Jacques Lacan, Biblioteca Nueva,
Madrid, 2001.
[4]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, La estructura del sujeto, Gedisa, Barcelona, 1985.
[5]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Pág. 138, Op. Cit., 1985.
[6]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Op. Cit., 1985.
[7]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Op. Cit., 1985.
[8]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Pág. 136, Op. Cit., 1985.
[9]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Op. Cit., 1985.
[10]Nasio, J.-D., “Topologería”.
Introducción a la topología de Jacques Lacan, Amorrortu editores, Bs. As.,
2007.
[11]Marqués Rodilla, Cristina, “El
sujeto tachado”, Op. Cit., 2001
[12]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Op. Cit., 1985.
[13]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Pág. 137, Op. Cit., 1985.
[15] Nasio, J.-D, “Topologería”, Op.
Cit., 2007.
[16]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Pág. 191, Op. Cit., 1985.
[17]Lacan, Jacques, “Psicoanálisis,
Radiofonía & Televisión” Traducción y notas de Oscar Masotta y Orlando Gimeno-Grendi, Anagrama, Barcelona,
1977, Tercera
edición, 1993.
[18]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Op. Cit., 1985.
[19]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Pág. 196 y 197, Op. Cit., 1985.
[20]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Op. Cit., 1985.
[21]Granon Lafont, J., “La topologie
ordinaire de J. Lacan” en Dor, Joël, “Introducción a la lectura de Lacan II”, Op.
Cit., 1985.
[22]Guyomard, P., “La jouissance du
tragique. Antigone, Lacan et le désir de l’analyste” en Dor, Joël, “Introducción
a la lectura de Lacan II”, Op. Cit., 1985.
[23]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Pág. 199 y 200. Op. Cit., 1985.
[24]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Op. Cit., 1985.
[25]Dor, Joël, “Introducción a la
lectura de Lacan II”, Pág. 201 y 202. Op. Cit., 1985.
[26]Lacan, Jacques, El seminario.
Libro 17. “El reverso del psicoanálisis”. Pág. 38. Paidós. Buenos Aires, 1992.
¿es esto correcto ?
ResponderEliminarhttp://www.academia.edu/7649153/Amalgamating_Lacan_s_Formulae_of_Sexuation_Discourse_Theory_and_Topology